jueves, 20 de septiembre de 2007

Darse cuenta...

Qué difícil es darse cuenta de lo que pasa a nuestro alrededor cuando nuestra mente se pierde en la búsqueda de aquello que el mundo esta poniendo en nuestra contra, cuando parece que todo le sale mal a uno o que los sucesos desfavorables que ocurren constantemente en nuestro mundo y que ocasionan el resto de personas ajenas no tienen otro fin sino el de fastidiar todos los proyectos que uno se dispone a realizar, o simplemente, estos tienden a destrozar nuestra vida que tan perfecta sería si no hubiera pasado esto, o aquello...

Y entonces se tiende a pensar que, por supuesto, si todos los factores que influyen en esta vida (ahora absurda, irritante, inmerecida,"estropeada") dependieran de uno mismo, TODO sería distinto, y digo TODO porque estamos seguros de que nada de esto habría pasado. Aquel asunto que tanto nos fastidió, esa nota inmerecida, ese sueño frustrado, el esfuerzo echado a perder, aquel partido perdido por culpa de actuaciones innecesarias de fulano de tal, o por el mal criterio de algún arbitro, todas las injusticias que se han hecho sobre nuestra persona...

¡Qué injusta es la vida!, ¿Por qué nada, absolutamente nada me sale bien?. Y de nuevo viene a nosotros la idea de ese mundo en contra, de la poca justicia que existe, de lo mal que funcionan las cosas. Y si, en gran medida es del todo cierto. Muy cierto.

Nada en este mundo es como quisieramos y mucho menos funciona como debería ser, y por supuesto que muchos de nuestros planes se ven frustrados por factores ajenos, muchas veces de forma tan injusta; que la desesperacion, la desolacion, la desilusión y la desidia nos rodean durante tanto tiempo que nuestra indignación no nos deja ver mas allá.

Se que es muy duro despejar la mente, olvidar y tras un pequeño momento para reponerse del palo ( porque es lógico y perfectamente entendible que toda persona necesita un tiempo para recuperarse de esos fracasos inmerecidos y más cuando uno se ha esforzado tantísimo y a pesar de todo nada ha ido bien) volverlo a intentar con nuevas energías y habiendo aprendido de aquel fracaso inmerecido, o no (porque de cualquier situación se puede aprender, creanme).
Pero sobre todo, no me refiero a mirar más alla con lo de ver la posibilidad de asimilar la derrota, tranquilizarse y volverlo a intentar, sino me refiero al hecho de ver que a todo el mundo, a TODO EL MUNDO, le pasan cosas así (indistintamente de que uno piense que se lo había buscado y se lo merecía o no), y que obviamente no es que el mundo se haya vuelto en nuestra contra, ni que todo nos pase a nosotros ni mucho menos.

Es nuestra actitud a partir del primer fracaso, que por insignificante que sea, a través de nuestro pensamiento pesimista y tormentoso que una y otra vez viene a nuestra mente, lo convertimos en un mundo que hace que nuestra indignación en conjunto (y no nos engañemos) con nuestro egoismo y nuestro egocentrismo, el que hace que empecemos a sentirnos la diana hacia la que el mundo arroja su ira, y que por tanto el resto de personas nos molestan y arruinan nuestros planes constantemente.Y ciegos de nosotros que en medio de todo este melodrama creado por nosotros mismos que nos autocompadecemos y que en el fondo nos "recreamos en nuestras desdichas" ( ya que una vez pasadas las cosas ¿qué sentido tiene seguir dandole vueltas, seguir indignados?¿acaso así volveremos al pasado y todo se arreglara?¿acaso asi va a cambiar nuestra suerte?¿acaso así la próxima vez sera todo mas justo?...) no nos damos cuenta de que todo lo que nos a pasado a partir de ese momento a sido solamente culpa de nuestra actitud y nuestro ensimismamiento, y que si hubieramos estado con la cabeza donde deberia de estar ( no dandole vueltas a la desgracia ) y hubieramos actuado como lo hacemos normalmente, el resto de cosas que siguieron a la "pequeña y primera desgracia" y que la convirtieron por tanto en una gran bola de desdichas, sencillamente no habrian ocurrido.

De verdad pararos a pensar, ¿No os dais cuenta de que si no hubiéramos estado tan preocupados por lo que pasó habríamos disfrutado muchisimo de aquel momento, o con aquella persona, o seguro que nos habríamos enterado de lo que nos intentaban explicar en aquella clase que nos hacía tanta falta, o simplemente al estar de buen humor no nos habria cabreado y molestado tanto esa situación, o jamás habríamos dicho aquellas palabras que tanto dolieron a alguien a quien queríamos, o hecho aquello de lo que ahora tanto nos arrepentimos ? ¿ No os dais cuenta que al dejar que ese extres o ese fracaso os influyera en el resto de cosas hicisteis que todo se pusiera mal y se echara a perder ? ¿ No veis como al pensar así vuestro humor a cambiado tanto que ni la persona que mas os quiere os reconoce?.

No nos imaginamos el daño que le hemos hecho a las personas que mas nos quieren, pues les hemos preocupado porque estamos tristes y a la vez mientras estas se esforzaban para hacernos recuperar la sonrisa y animarnos a seguir les hemos tratado como nunca hubieramos hecho en otras circunstancias; y esas personas no son de acero, y seguro que ellas son las que menos culpa tienen de lo que nos pasa, y hemos dejado que nuestros problemas les hagan mas daño que a nosotros mismos, y seguramente ni si quiera saben el por qué de nuestro comportamiento, y sufren, si sufren mucho, sufren por nosotros, porque sienten que los separamos de nosotros, que no nos importa lo que hagan para animarnos ya que de hecho parece que nos fastidia que lo intenten...cada palabra que nosotros decimos de mala manera (aunque no sea nuestra intencion y ni siquiera nos demos cuenta) se les clava dentro como un puñal ¿y sabeis lo que hacen? Lloran. Lloran porque quieren que estemos bien porque les preocupamos y lloran porque temen que ya no seamos como antes o que no los queramos ni los apreciemos ( ya sea como pareja, familia o amigos) y entonces ya lo hemos conseguido.

Nuestro agobio, extres o fracaso que al fin y al cabo no es ni mucho menos el fin del mundo, a conseguido arrastrar a esa persona que tanto queremos, y le hemos hecho mas daño del que nos a podido hacer mil veces el motivo de nuestra actitud, y todo ello sin que esa persona tenga nada que ver, tan solo porque fue la única que en ese momento intento ayudarte y estar a tu lado. ¿ Y nosotros nos quejamos de que el mundo era injusto con nosotros? ¿ De que éramos unos desgraciados? ¿ De que por culpa de no se quién AJENO a nosotros o que NO CONOCÍAMOS nuestros planes fracasaron ?. Imaginaos entonces como se han de sentir los que nos han intentado ayudar poniendo todo su amor y empeño o su buena voluntad y a cambio solo han recibido malos modos o palabras dolientes. ¿ No somos nosotros acaso mucho mas egoistas que aquellos desconocidos que nos arrebataron el sueño ?

Al menos ellos no nos conocían ni estábamos haciendo nada por ellos... ¿ No somos nosotros entonces mucho mas injustos y hacemos mucho mas daño que aquellos desconocidos que nos lo han hecho a nosotros, ya que nosotros sin motivo alguno, sin que tengan la culpa, hemos hecho muchisimo daño a nuestras personas mas cercanas y que mas nos quieren y somos tan egoistas que no nos paramos a pensar y a darnos cuenta y seguimos igual?. ¿ Y por qué todo esto ? Por algo que ya pasó y que no tiene remedio. ¿ Y de que nos sirve estar así? Para ser mas injustos aún que el propio mundo con las personas que mas nos quieren.

Por ello nunca debemos de dejar que nada de esto ocurra, que algo que nos moleste consiga que acabemos destrozando todo lo que de verdad nos importa, porque entonces de qué nos quejamos si nosotros somos aún peores ... solo meditad antes de que todo se estropee hasta llegar al punto de que de verdad nos tengamos que arrepentir toda nuestra vida. Daros cuenta...



martes, 18 de septiembre de 2007

Kurokumo

Hikaru & Ankoku, luz y oscuridad. Precisamente ambos conceptos andan últimamente perturbando mis pensamientos y mi sueño. ¿Cuánto cuesta que tu mundo se vea lleno de luz, de forma que todo sea como uno siempre soñó y cuán fácil es que las pequeñas nubes acaben oscureciendo hasta el último d los rincones d ese mundo?. Si, por desgracia es así.

Cuando al fin a base de esfuerzo de cariño de entrega consigues que todo se llene de luz, tener paz y felicidad, descubres que en el horizonte empiezan a aparecer nubes, nubes que en otro tiempo consiguieron sumirte en la más profunda oscuridad y que hicieron que tuvieras que luchar tanto. Y rezas porque no vuelva a pasar y que no consigan nublar tu mundo ni un poco si quiera, al fin y al cabo son solo pequeñas nubes oscuras, no tendría que pasar nada. Pero al final su sombra se proyecta formando agujeros oscuros que has de esquivar aunque ello te cueste sangre y lagrimas, y aún cuando todavía no se han recuperado las heridas y los temores que dejaron las pequeñas nubes ves que otro frente se acerca.

Te das cuenta de que siguen siendo pequeñas nubes pero todas se acumulan y aún las primeras no han abandonado el horizonte; y al final, miras a tu alrededor y tu mundo de luz ya es solo oscuridad y el miedo y el dolor, el dolor mas desagradable que ningún antídoto cura que no puedes arrancarte del pecho, del alma, comienzan a apoderarse de ti.

Y solo te queda resistir, cerrar los ojos y apretarlos muy fuerte, y esperar que todo pase, que solo sea un sueño, y que todo vuelva a brillar, a tener su luz, a curar.